El asma y las alergias
Algunos consejos para minimizarlos
En Puerto Rico, cada vez es más común el asma, las alergias y otras condiciones respiratorias que afectan la salud y calidad de vida. Existen aproximadamente 582,000 niños y adolescentes y 303,623 adultos con la enfermedad del asma. Los datos reflejan que uno de cada 10 niños y uno de cada nueve adultos en Puerto Rico padece de esta condición de salud (Fuente: Sistema de Vigilancia del Programa de Asma). El principal culpable es la contaminación ambiental, la pobre calidad de aire que respiramos.
Contaminantes en el aire
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), "la contaminación del aire es uno de los cinco principales riesgos para nuestra salud". Respiramos unas 22,000 veces al día, y con cada respiración inhalamos alrededor de 45,000 a 75,000 partículas de contaminantes. ¿Padece de asma o alergias? ¿Sabía usted que el aire es de 200% a 500% más contaminado dentro de su casa que afuera?
Algunos de esos contaminantes son: los ácaros del polvo y los microorganismos, polvo del Sahara, caspa de las mascotas, polen, humo, virus, bacterias peligrosas, moho, hongos, productos químicos nocivos, productos domésticos, pesticidas, amoníaco, alcohol, formaldehído, y muchos más. El 90% de nuestro día se pasa en interiores. ¡Respiramos 36 libras de aire contaminado por día! Los contaminantes del aire interior en Puerto Rico afectan a todos, incluso los sanos.
Efectos de estos contaminantes
Los efectos sobre la salud asociados con estos contaminantes son muchos. Por ejemplo, ardor o comezón en los ojos, nariz y garganta; dolor de cabeza y náuseas; estornudos, frío y fatiga; síntomas de gripe; dificultad para respirar y sibilancias; alergias y asma; pulmones y bronquios llenos de mucosidad; cáncer del pulmón por el humo y las sustancias químicas; y hasta una posible muerte en casos agudos. Una de cada tres personas en la isla sufre de algún padecimiento respiratorio. En los Estados Unidos, más de 20 millones de personas padecen asma y más de 40 millones padecen alergias (Fuente: American Demographics).
Asma
Según la gerente y coordinadora del Programa de Asma del Departamento de Salud, Ibis Montalvo Félix, “el asma es una enfermedad crónica, o de larga duración, que no tiene cura, pero sí se puede controlar. Esta condición se caracteriza por la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, produciendo mayor mucosidad, lo que bloquea el paso del aire. Las personas asmáticas, al tener sus vías respiratorias inflamadas, son más propensas a verse afectadas ante eventos ambientales como el polvo del Sahara y el aumento de esporas de hongos y pólenes en el verano” (Fuente: Metro.PR). Los signos y síntomas del asma comprenden la falta de aire; dolor u opresión en el pecho; problemas para dormir causados por falta de aire, tos o silbido al respirar; un pitido o silbido al respirar que puede oírse al exhalar; tos o silbido al respirar que empeora con un virus respiratorio, como un resfrío o influenza.
Alergias
Las alergias nasales (también llamadas rinitis alérgica) son un problema de salud común. Pueden ser estacionales o permanentes. A menudo, están acompañadas de otros problemas de salud como el asma. La alergia es una reacción del organismo a sustancias llamadas alérgenos. Algunos alérgenos comunes incluyen el polen presente en el aire, moho, ácaros del polvo, pelaje y plumas de mascotas o animales, y plagas como cucarachas o roedores en el hogar o en otro lugar cercano. Los síntomas comunes de la alergia incluyen los siguientes: goteo nasal; nariz tapada (congestión nasal); secreción que baja por su garganta; estornudos, lagrimeo y enrojecimiento de los ojos; picazón en la nariz, los ojos, los oídos y la garganta; oídos tapados; dolor de garganta; tos; dolor e hinchazón de los senos paranasales; y dolor de cabeza (Fuente: Fairview.org).
Consejos útiles
Por desgracia, las esporas de hongos, polen, polvo y otros causantes de estas afecciones respiratorias se encuentran en cada hogar y oficina. Sin embargo, hay medidas que podemos tomar ya sea para prevenir o para minimizar los síntomas en personas ya afectadas. Continuación, algunos consejos:
La limpieza es clave
Muchas partículas de los contaminantes del aire se posan en las superficies con las que tenemos contacto como los muebles, camas, alfombras, cortinas, etc. Pase la aspiradora con frecuencia y utilice un paño húmedo para recoger el polvo de las superficies. Lave las sábanas con mayor frecuencia y utilice forros hipoalergénicos en las almohadas y mattresses. Evite usar detergentes con olores fuertes.
Manténgase en el interior
Cuando llegan nubes del polvo del Sahara o está alto el conteo de esporas de hongos, los expertos recomiendan mantenerse en el interior, cerrar puertas y ventanas y utilizar el aire acondicionado. Claro, asegúrese de no encerrarse con los contaminantes; sea estricto con la limpieza. Lave frecuentemente el filtro del aire acondicionado. Si necesita salir, utilice mascarilla y limite el tiempo que pasa afuera.
Sea constante con su tratamiento
Si su médico le ha recetado medicamentos para mantener su afección respiratoria bajo control, no los abandone. Si sólo toma medicamentos cuando se agudiza su condición o necesita terapia respiratoria con frecuencia, asegúrese de tener lo que necesita a la mano. Las alergias y el asma se agudizan muchas veces cuando menos lo esperamos.
Invierta en un purificador de aire
Un purificador de aire con filtro HEPA (High Efficency Particulate Air) no es un lujo; es una excelente inversión en su salud. Por más que seamos estrictos con la limpieza y hagamos lo posible por prevenir recaídas, muchas veces no es suficiente. Un purificador de aire de calidad no sólo controla la proliferación de hongos, bacterias, virus, gérmenes y otros microorganismos en el aire, sino que también elimina olores fuertes que activan las alergias o el asma.
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